Hay colores que, juntos, triunfan siempre. Se trata de combinaciones capaces de dar, por sí solas, equilibrio y armonía a cualquier ambiente, de forma que su versatilidad las convierte en un auténtico básico en decoración.
Madera y arena
El arena es un color de tonalidad terrosa clara -más cerca del beige que del marrón- que inspira calidez y bienestar, lo que lo convierte en un color idóneo para la primera propuesta de decoración del hogar. Sus mejores combinaciones están en los materiales y tonos naturales, por eso en la madera encuentra a su gran aliado.
Y para muestra, un botón:
El baño de la imagen anterior transmite un equilibrio perfecto gracias a la buena elección de las gamas cromáticas utilizadas: tonos arena tanto en suelo como en paredes, donde se han empleado las colecciones Baltik y Estocolmo de Gala, y madera clara en las puertas y la encimera. El resultado es un conjunto moderno y lleno de vida.
Por cierto, fíjate cómo la combinación madera-arena funciona fenomenal también con maderas oscuras, pues el cabecero de la cama –realizado con el revestimiento Taiga visón, cuyo veteado recuerda a la madera- crea un contraste muy atractivo con el pavimento.
Madera y blanco
Como color básico que es, el blanco es un imprescindible en cualquier casa porque, además, ofrece buenos resultados en combinación con prácticamente todos los colores. Pero si quieres una solución moderna y funcional, apuesta por la combinación del blanco con las maderas, sobre todo si son claras.
Ganarás si, en lugar de introducir esta combinación en estancias donde estamos más acostumbrados a verla, como dormitorios o salones, lo aplicamos en ambientes no tan obvios, como la cocina.
En esta cocina donde predominan los blancos y un mobiliario metalizado, se ha optado por un pavimento cerámico con apariencia de madera (el modelo Tahoe en color arena) para ganar en calidez y naturalidad. De esta forma, además de resultar un look muy moderno y joven, se consigue una estancia luminosa y donde la sensación de amplitud es total, por lo que es una solución muy buena para cocinas pequeñas.
Madera y gris
De igual forma que la madera es un recurso ideal para complementar colores claros como los tonos arena o el blanco, su combinación con gamas cromáticas oscuras y con colores fríos tiene mucha gracia. En este caso, decántate por maderas oscuras y acabados envejecidos, casan mucho mejor.
Esta combinación funciona muy bien tanto en ambientes rústicos como en aquellos de estilo industrial, pero acertarás al 100% si juegas, además de con la gama cromática, con las texturas. Es un recurso muy sencillo que te ayudará a romper la sobriedad de estos tonos.
Toma como ejemplo el baño de la imagen, donde el porcelánico Laponia, con un acabado desgastado que recuerda al cemento cotto envejecido, se complementa muy bien en las maderas antiguas del mueble de lavabo y la repisa. Y fíjate cómo también el juego de luces de la malla Laponia –en la pared que rodea a la ventana- ayuda a dar dinamismo al ambiente.
Gris y azul
El gris es un básico en mayúsculas de la decoración. De ahí que emplearlo como base de un ambiente sea un siempre éxito, pero es importante saber combinarlo, pues no todo funciona con el gris. Los colores intensos, como el azul, el verde o el mostaza casan genial con el gris y son tendencia este año.
Eso sí, a la hora de crear tus composiciones, siempre es mejor optar por un solo color complementario y utilizarlo con moderación para no romper la sensación de calma y tranquilidad que transmiten los grises.
Y el baño es una estancia perfecta para combinar el gris, tal y como vemos en la fotografía anterior. Aquí se ha tomado como base de la decoración el revestimiento y pavimento Moscú, de Gala, y se han dejado las notas de color para los complementos, dando lugar a un ambiente equilibrado y, sin embargo, llamativo. Y ya ves que, elegida la gama cromática, también se puede jugar con la combinación de dos o tres tonos diferentes, como el azul oscuro y el aguamarina.
Gris y beige
Es, probablemente, la combinación más arriesgada de todas las que hemos propuesto y, sin embargo, te enamorarás de ella. Desde un ambiente de estilo shabby chic hasta una casa de clara inspiración nórdica encontrarán en esta combinación un recurso lleno de encanto.
Nuestra propuesta es que sigas el ejemplo del salón de la imagen y, además de los colores, mezcles estilos. La combinación de beige (en la parte superior de las paredes y algunos muebles, como el sofá) y gris (en el rastrelado a media altura y el pavimento) adquiere mucha más vida al rematar el estilo clásico de los elementos que conforman el salón con un suelo de inspiración industrial. Se trata del modelo Estocolmo, de Gala, un porcelánico de masa coloreada y gran formato que recuerda al cemento. ¡Un recurso muy sencillo para modernizar por completo una estancia!