Tanto en los espacios de nuestro hogar como en las grandes superficies públicas son múltiples las posibilidades decorativas que nos brindan los revestimientos cerámicos. La cerámica es una de las mejores elecciones para revestir las paredes porque es muy resistente y fácil de limpiar. Sólo necesita de unos sencillos cuidados y así podamos disfrutar de ella durante mucho tiempo. Te explicamos los mejores trucos para mantener los revestimientos cerámicos como nuevos.
Para limpiar y mantener los revestimientos cerámicos del hogar necesitaremos guantes, un cubo con agua caliente, una esponja suave, jabón o detergente neutro. Mojamos la esponja con el jabón o detergente neutro y limpiamos suavemente la superficie. Finalmente, repasamos con un paño para un perfecto acabado. Para desinfectar es recomendable usar productos de origen orgánico, como el vinagre blanco o el limón y huir de disolventes y otras opciones abrasivas.
En el caso de los azulejos para cocina, las paredes son propensas a acumular grasa. Por ello, es recomendable añadir un poco de amoniaco en el agua que vayamos a usar con el fin de desengrasar las superficies perfectamente.
¡Otro truco! Para llegar a todas las juntas y rincones, te aconsejamos usar un cepillo de dientes con una disolución de agua, jabón y lejía. Unas juntas limpias darán una imagen impoluta a la estancia.
Si vives en una zona de aguas duras, donde la cal está muy presente, el mantenimiento de tus revestimientos cerámicos es muy importante –sobre todo si son de tonos oscuros– ya que se verán fácilmente afectados. Para limpiarlos puedes poner en un recipiente con sal, añadir medio vaso de vinagre de vino y calentarlo hasta que la sal se haya disuelto. Luego extiende esta mezcla sobre el revestimiento con la ayuda de una esponja. Deja actuar durante 15 minutos… ¡se verán como nuevos!
